En 1904 se empezó a construir la fábrica Roca Umbert donde se instalaron los primeros telares. En la década de los cincuenta se construyó La Térmica para permitir la autonomía de la fábrica en el abastecimiento eléctrico.

Roca Umbert unificó en una sola empresa todo el proceso de producción (latir, hilar, urdir, tejer y teñir) y eso hizo que sus tejidos  fueran muy apreciados por su calidad.

Actualmente, con sus 21.000 m2 se ha reconvertido en un nuevo centro de creación contemporáneo. En su interior también se conserva una chimenea, incorporada en una de las naves laterales del recinto. Es de planta circular, hecha de ladrillo visto y tiene una altura de unos 40 metros.

Se construyó en 1951 y era la instalación de la antigua fábrica Roca Umbert encargada de transformar y distribuir la energía para convertir el algodón en ropa.

La Térmica forma parte del patrimonio singular porque es representativo de un tipo de producción energética que existió en nuestro país durante un tiempo marcado por la dictadura y la autarquía económica y porque actualmente hay muy pocas que conserven todo el conjunto.

Más información :
Visitas guiadas: latermica@rocaumbert.cat

La fábrica de Can Torras, junto con la fábrica Roca Umbert y Can Comas, fue uno de los máximos exponentes de la industria textil en Granollers. Actualmente de este gran complejo industrial sólo quedan en pie las chimeneas. En el resto de los terrenos se han construido bloques de viviendas, una parte del parque Torras Villà (inaugurado en 1947) y la estación de autobuses.

La Chimenea Serrería Gibert, que aún se conserva, formaba parte del complejo del aserradero Pi i Gibert establecido en Granollers a principios del siglo XX. El aserradero fue la primera fábrica en Granollers que se dedicó a la construcción de cajas de madera para embalajes y para la exportación de frutas.

La fábrica de la Font se considera la primera industria textil que funcionó a vapor en Granollers.

La Font se distinguía por la elaboración de tejidos de novedad, pero, al mismo tiempo, era el termómetro social de la ciudad. Cualquier movimiento político y obrero, huelgas, reivindicaciones… solían salir de la Font, que era el lugar donde más hombres trabajaban como tejedores, mientras que en las otras industrias había muchas más mujeres.

La chimenea, junto con el espacio porticado, es el elemento industrial que queda de pie como elemento simbólico de industrialización de la ciudad.

La fábrica de Can Comas estuvo en funcionamiento hasta el año 1967 cuando, con la crisis del textil, tuvo que cerrar las puertas como muchas de las industrias catalanas de este tipo. Por lo que explicaba la prensa de la época, la chimenea de can Comas debía ser la más alta de la ciudad con 35 metros de altura. Actualmente, por motivos de seguridad no es tan elevada.